A través de Carinbridge, una red mundial de información y ayuda que conecta entre sí a familias cuyos miembros padecen enfermedades complejas, raras o graves, me entero de la iniciativa Lunch for Life. Se trata de un asunto absolutamente serio, nada que ver con aquellas famosas cadenas caritativas tan en boga hace unos años.
Esta es la carta de presentación de su impulsor, Mark Dungan, padre de una niña con Neuroblastoma:
"Mi nombre es Mark Dungan, pero seguramente soy más conocido como el "Daddy" de una preciosa niña de 6 años. En junio de 2003, a Sydney, mi hija, se le diagnostícó un Neuroblastoma, Fase IV. Sigue luchando contra la enfermedad, y sirve de recordatorio constante de lo fuertes que son nuestros pequeños y de la gran capacidad de recuperación que tienen. Aunque ha recibido más de 8 tandas de quimioterapia de inducción, de elevada dosis, ha sufrido múltiples operaciones y un trasplante de médula ósea, 12 tandas de radiación y años y años de dolorosa inmunoterapia y quimioterapia de mantenimiento, sus garantías de supervivencia no son muy firmes. El Neuroblastoma es un cáncer sumamente difícil de curar, y Sydney, como miles de niños más, lucha en esta batalla con pequeñas garantías de futuro.
Su ejemplo, y el de muchos otros, nos ha llevado a centenares de familias a aunar nuestros esfuerzos e intentar encontrar una cura. Hemos empezado "Lunch for Life" como una iniciativa para curar a nuestros niños y a los miles que seguirán enfermando. El concepto es muy sencillo. Pedimos a todo el mundo que dé su comida de un día y done ese dinero para la investigación. Todos los fondos obtenidos mediante la iniciativa "Lunch for Life" van directamente al neuroblastoma. Es un precio fácil de pagar y, si podemos conseguir del mundo lo suficiente como para poder situarnos en una buena posición contra el cáncer infantil, salvaremos miles y miles de vidas. leer más>
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